(por Inés Brandán Valy)

La desesperanza nos gana la partida, las últimas noticias en el país y en nuestra provincia producen el desconcierto propio de quien está inmerso en una película de terror. Mucho se habla del calentamiento global que ya pasó al estadio de ebullición. Pero lo más preocupante en materia de seguridad augura la ebullición social, una olla a presión que ya nos está explotando en la cara.  

Vemos a diario imágenes horrorosas en Salta, Chaco, Jujuy, Argentina, Latinoamérica y el mundo es la peor versión de las películas de Tarantino.

Violencia de género, crímenes atroces, cortes sistemáticos de rutas y pedradas, coacción institucional, furia paco en manos de descerebrados que matan a una niña de 11 años por un celular. Gente que quema urnas y manifestantes muertos en el obelisco. Paro de trenes donde los apaleados son los usuarios. Cirujano asesinado con un tiro en la cabeza. Candidatos acribillados en Ecuador y la avanzada narco en nuestro país y América Latina.

Para el domingo dan ganas de decir “Paso” yo en ésta no me prendo, porque resulta que no hay un solo candidato potable que nos asegure que las muertes sin sentido van a cesar. Mal endémico de una sociedad podrida por la corrupción en todos los órdenes y estamentos. Negociados, propuestas vanas de quienes acuerdan bajo la mesa para ganar las elecciones con 0 % de legitimidad.

Legisladores que votan leyes mordaza entre gallos y medianoche sin saber lo que están votando y que luego salen a los medios a dar las explicaciones lastimosas del caso sin ponerse colorados. Pornográfica ignorancia al servicio del gobierno de turno de los pavotes históricos que sabemos no tienen remedio. Los que se supone que deberían velar por los intereses de los ciudadanos y de la libre expresión. Son los obsecuentes de siempre, los “periodistas” devenidos en diputados.

Traccionan los mecanismos de la democracia y se valen de ella para deformarla a favor de sus objetivos espurios, obscena lascivia por la cuota de poder que les hace falta y que no representan a ni un solo ciudadano en esta provincia. Plata mal gastada en millonarias campañas que ensucian el patio de tu casa con votos impresos que van a parar a la basura con fotos que dan risa.

La lista de vergonzosos acontecimientos de los últimos 30 años es tan interminable que da para escribir la versión del “Padrino Argento” en sucesivos episodios de la mafia. Vivimos tiempos de ebullición en un clima social en donde la escalada de la violencia parece no tener un límite.

Hay que reciclar señores y desechar los residuos en el recipiente correcto. Yo este domingo no “paso” aunque den ganas… y sigo apostando por la libertad democrática que al final es lo único que nos queda.